Bailar implica mover el cuerpo siguiendo el ritmo que transmite la música, es un medio de expresión, de entretenimiento y también de cortejo.
Los seres humanos bailamos solos, en grupo, de forma espontánea, quizá inconsciente. Cuando bailamos no pensamos en todos los procesos que ocurren en nuestro cerebro para poder ejecutar cada uno de los pasos que damos y que van al compás de la música armónicamente.
Lawrence Parsons, Profesor de Neurociencias Cognitivas en la Universidad de Sheffield en El Reino Unido, comenta tres características importantes acerca del baile en los seres humanos:
La danza nos conecta emocionalmente: cuando bailamos no solo nuestros movimientos están en sincronía sino también nuestras emociones se mueven juntas.
Promueve la cohesión social, creamos lazos con otros, nos hace sentirnos parte de un grupo.
Es al igual que el lenguaje un medio de expresión humana.
Estructuras cerebrales implicadas al bailar
Para poder ejecutar movimientos coordinados en nuestro cerebro se ponen en marcha dos áreas importantes (Pérez-Gay, 2020)
Corteza Premotora: encargada de la planificación de los movimientos, la toma de decisiones. En esta región se encuentran ubicadas las neuronas espejo, importantes dentro de la danza al aprender los movimientos por observación y ensayo mental. (Parsons, 2009).
Corteza Motora Suplementaria: Interviene en la planeación estratégica de movimientos complejos voluntarios del cuerpo.
En conjunto nos permiten recordar acciones anteriores, elemento importante para aprender pasos de bailes y coreografías.
Por su parte, el cerebelo también entra en juego al ser responsable de la coordinación de los movimientos finos, el equilibrio y la propiocepción (sentido de la posición corporal).
El sistema vestibular, nos da conciencia espacial mientras ejecutamos los movimientos y también ayuda al equilibrio
Al bailar, se activa el tálamo, estructura encargada de transmitir las señales motoras y sensoriales a la corteza cerebral.
La cohesión social se la debemos a la interacción entre la corteza motora, esa que ejecuta los movimientos y el sistema límbico o emocional, por eso se afirma que el baile es un medio de expresión de las emociones.
Beneficios cognitivos del baile
La Sociedad Española de Neurología (2016) señala los siguientes:
La danza estimula la atención, la memoria, la coordinación y la conciencia espacio-temporal.
La danza activa los circuitos neuronales motores y sensoriales a la vez que la música estimula los centros de recompensa del cerebro.
Bailar es beneficioso para nuestra salud, pero también puede serlo para quien padece una patología neurológica.
El ejercicio físico que se realiza al bailar podría contribuir a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades como hipertensión, diabetes, obesidad y ayudaría a reducir el estrés.
Podría disminuir el riesgo de enfermedades neurológicas como el alzheimer, ictus o demencia vascular.
El baile podría ayudar en la rehabilitación de patologías como el Parkinson en su etapa inicial.
Por su parte, (Parson ob cit) añade que la danza puede mejorar la capacidad de planificar y controlar tareas distintas que se ejecutan simultáneamente, promueve la cohesión social, mejora la coordinación y la memoria de trabajo.
Otro elemento importante en la danza es que los bailarines no sólo bailan por el mero placer y sensación de bienestar que este produce al liberar endorfinas, sino que te permite pensar sobre ti mismo con una intención de trascendencia (Pérez-Gay, ob cit).
¿Es el baile una habilidad exclusiva de la especie humana?
A raíz del vídeo viral de una cacatúa bailando una canción de los Back Street Boys, muchos científicos se interesaron en investigar si este animal reaccionaba a la música de forma espontánea o simplemente coincidía con ésta. Para ello llevaron al ave a un espacio controlado y estudiaron sus movimientos con 11 versiones de la canción con diferentes ritmos.
Este estudio reveló que “el ave tiene un rico repertorio de baile. No se limita a los movimientos vistos en los vídeos sino que responde a la música con movimientos diversos y espontáneos en los que utiliza varias partes de su cuerpo, sin entrenamiento previo”. Schulz (2019) citada en Abc Ciencia.
Adicional a este descubrimiento encontraron que otras 14 especies de pericos cumplían con los criterios de movimientos espontáneos, diversos y rítmicos. Para ampliar este estudio te recomiendo mires el siguiente vídeo:
¿Qué respuesta dan los Investigadores?
Los investigadores proponen que la razón por la que los humanos y los loros comparten una habilidad natural para bailar puede surgir de la convergencia de cinco rasgos:
El aprendizaje vocal,
La capacidad de imitación de movimientos no verbales,
Tendencia a formar vínculos sociales a largo plazo,
La capacidad de aprender secuencias complejas de acciones,
La atención a los movimientos comunicativos. (Schulz ob cit)
Sabemos entonces que bailar ya no es solo un rito social o una actividad de entretenimiento sino que su práctica constante puede traernos beneficios importantes a nivel cognitivo a largo plazo, además de ayudarnos a perder calorías y hacernos más felices.
Referencias Bibliográficas:
Abc Ciencia (2019). El asombroso baile inédito de la cacatúa Snowball. Disponible en:https://www.abc.es/ciencia/abci-asombroso-baile-inedito-cacatua-snowball-201907081232_noticia.html
Pérez-Gay, F. (Sinapsis: Conexiones entre el Arte y tu Cerebro). (2020, febrero 27). Sinapsis – Episodio 5: Danza y cerebro. (Archivo de video) Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=ut89ikVIBi8
Punset, E. (Redes ¿bailamos?):(2013, junio 27) Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=6Kuq9d23x9E
Sociedad Española de Neurología (2016). Disponible en: https://www.sen.es/saladeprensa/pdf/Link184.pdf
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