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¿Qué pasa en tu cerebro cuando te conviertes en padre?

Actualizado: 11 jun 2020

A raíz de los grandes avances de la ciencia y de la facilidad que han brindado los estudios de neuroimagen en seres humanos, se han encontrado interesantes hallazgos acerca del funcionamiento del cerebro. Uno de ellos ha sido conocer qué pasa en el cerebro de los padres una vez que saben que se convertirán en padres.


Estudios comparativos entre padres biológicos y padres adoptivos afirman que los cambios ocurridos en el cerebro se dan de igual forma independientemente de cómo esté conformada la pareja: homoparental o heteroparental,lo que significa que al final

el ser padre es algo que el ser humano elige y al asumirlo y comenzar a comprometerse e involucrarse en ese rol desencadenará esa serie de cambios tanto funcionales como estructurales en nuestro cerebro.


Brian Mossop, explica que cuando el bebé llora tanto en el padre como en la madre se activan zonas cerebrales asociadas con las emociones como la amígdala. Siendo esta pequeña estructura la que los pone en estado de alerta, de manera que el llanto será un estímulo para reaccionar y atender al bebé.


Este nivel de activación es mayor en la madre que en el padre, lo que explicaría porqué en la mayoría de los casos es mamá quien se despierta por las noches cuando el bebé llora.


Sin embargo, Elena Escolano afirma que esta reacción una vez pasadas entre 12 y 16 semanas de nacimiento disminuye. La madre comienza a ver el llanto como una conducta social y afectiva. Aprende que el llanto no necesariamente es señal de peligro inminente por tanto, el nivel de alarma disminuye, lo que implica que la actividad en la amígdala cerebral es menor.


Una vez la madre aprende a comunicarse con su hijo y entender su lenguaje a través de las señales que él le envía se generan nuevos cambios cerebrales; su hipocampo y su corteza prefrontal (áreas asociadas al aprendizaje y memoria) aumentan de tamaño.


Gracias a la neuroplasticidad el cerebro se prepara y nos prepara para transmitirle al bebé todos los recursos que necesitará para enfrentarse a la vida.


El papel de las neuronas y neurotransmisores


La madre, durante la gestación y el parto comienza a segregar oxitocina que es un neurotransmisor asociado al vínculo afectivo, es gracias a él que la madre genera esa conexión con su bebé, conexión que se hará mayor y más fuerte durante el parto y la lactancia.


Tanto la oxitocina como la dopamina intervienen en los sistemas de recompensa y placer, esto hace que la madre se sienta motivada para atender de forma responsiva a su bebé.


Otra protagonista en este proceso biológico afectivo es la prolactina; hormona que interviene en la producción de la leche materna y genera cambios importantes hacia la conducta maternal, incluso la conducta de protección.


En los padres no es muy diferente porque aunque los padres no amamantan hay estudios que indican que en su cerebro se activa igualmente la prolactina, que al igual que en la madre promueve la conducta de protección la cual va incrementando durante su participación activa en los cuidados del bebé.


Estos estudios nos dejan algo claro: el amor,la entrega, el compromiso, la empatía que sentimos por nuestros hijos tienen sus orígenes en el cerebro.


Gracias a la neuroplasticidad es él quien se prepara y nos prepara para transmitirle al bebé además de afecto y seguridad, todos los recursos emocionales, sociales y cognitivos que necesitará para enfrentarse a la vida.


Todo parece indicar entonces que ese “sexto sentido” que desarrolla la mujer al convertirse en madre también lo puede desarrollar el hombre al convertirse en padre.



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